Los animales gregarios viven en grupos organizados y se benefician de la vida en comunidad. La tendencia a formar grupos es una estrategia que ha evolucionado en múltiples linajes animales debido a los beneficios que proporciona en términos de supervivencia y reproducción.
Una de las principales ventajas de la vida gregaria es la protección contra depredadores. Al vivir en grupos, los individuos pueden reducir el riesgo de ser atacados, ya que la probabilidad de que un depredador capture a un individuo específico disminuye cuando hay muchos animales alrededor. Además, en grupos grandes, los miembros pueden compartir la vigilancia, de modo que siempre haya alguien alerta ante posibles amenazas, permitiendo que otros se dediquen a alimentarse, descansar o realizar otras actividades.
La reproducción es otro aspecto crucialmente influido por la vida en comunidad. En muchas especies gregarias, los individuos se benefician de oportunidades mejoradas para encontrar pareja y reproducirse. Las exhibiciones de cortejo y las competiciones por el apareamiento son comunes en estas comunidades, lo que puede aumentar la variabilidad genética y la adaptabilidad de la población.