Tengo la extraña sensación que según voy sumando años, éstos, junto con los meses y, también, los días pasan más velozmente.
Como diría el poeta, los días se van como como se van suspiros. No sabemos a dónde. Esta sensación imagino que es común en muchos de los mortales y más común aún en los que somos más mortales, en los que ya no estrenaremos muchos calendarios, no porque no nos gusten los calendarios, sino porque las cuentas no dan mucho más de sí.
Leo cada jornada nada más levantarme las esquelas y compruebo que cada día los “tiros” pasan más cerca, no solo veo desfilar a amigos (tengo pocos) y conocidos (tengo muchos) sino que, en ocasiones veo también que desfilan hasta los hijos de esos pocos amigos o esos muchos conocidos.
Me estoy poniendo un poco pesado, mejor dejar la muerte de un lado e ir a meollo de la cuestión, el día más importante del año, para mí, es el que denominamos “Noche Vieja”, intento celebrarlo por todo lo alto, rodeado de mis hijos y mis nietos y derrochando un poco la herencia de mis hijos. Pero al margen de la familia, me gusta trasmitir esa felicidad a mis pocos amigos y mis muchos conocidos enviándoles una felicitación. Ahora que todos usamos los correos electrónicos me resulta más barato; Capto una imagen, la edito y la envío. Como no nos lee nadie es estos momentos y aprovechando que estamos tú y yo solo voy a mostrarte la foto elegida para este fin de año, a ver que te parece.