Me llama poderosamente la atención la cantidad de gaviotas que pululan por el mundo. Antaño, yo recuerdo, las gaviotas eran aves marinas, vivían en la costa, se alimentaban de pescado y, como casi todos los animales, temían a los hombres.

Hoy hay gaviotas a cientos de kilómetros de la costa más próxima, son carroñeras, muchas de ellas ni han visto, ni verán, un solo pez en su vida y los hombres son para ellas sus mejores aliados, les proporcionan la comida.

A veces pienso si aquella película de don Alfredo Hitchcock: “Los Pájaros”, no se sería premonitoria del futuro que nos espera,