Intxa.1200

Soplé sobre las ascuas y encendí una antorcha y vi que estábamos en un caverna cerrada por puertas de bronce. De esta caverna partían en direcciones diferentes diez corredores de paredes de ladrillo y no me sorprendió, porque había oído decir que el dios de Creta habitaba en un laberinto, y los sacerdotes de Babilonia me habían enseñado que los laberintos se construyen según el modelo de los intestinos de los animales sacrificados. Por eso esperaba encontrar el  buen camino, porque durante los sacrificios había visto a menudo intestinos de toro. Por eso mostré a Kaptah el corredor más alejado …

Pensaba también en el Minotauro y no solamente con cólera, porque la muerte de Minea debió ser dulce y no había tenido que huir delante del monstruo usando de todas sus fuerzas, sino que había perecido sin saber muy bien lo que ocurría. Pensaba en el Minotauro como el solo hombre que sabía que su dios estaba muerto y que Creta iba a derrumbarse, y comprendía que el secreto era pesado de llevar.

Sinuhé el egipcio, de Mika Valtari