Es curioso, o al menos, a mí me lo parece, aunque, quizás, le ocurra lo mismo a todo el mundo. Yo paseo, normalmente, con la máquina de retratar colgada de mi hombro derecho, lo normal es que vuelva a casa tal y cómo salió. Sin haber sacado ni una mísera foto. Pero también me ocurre, y eso es lo curioso, que, a veces, saco fotos a algo porque me llama la atención, son imágenes sin ninguna trascendencia, pero que en ese instante me resulta interesante. Luego, al llegar a casa, vuelvo a mirar la imagen y me pregunto ¿Para que coño he fotografiado esta escena? Y no lo sé.