Sed fugit interea, fugit irreparabile tempus, singula dum capti circumvectamur amore.
Geórgicas, III, 284-285. Virgilio (70-19 a. C.).
Pero mientras tanto huye, huye el tiempo irremediablemente, mientras nos demoramos atrapados por el amor hacia los detalles.
Y así, el tiempo pasa inexorable, redondeando las aristas, difuminando los detalles, haciendo más bella y más irreal nuestra vida recordada. Tan solo permanecen ahí, inmutables, los conceptos fundamentales de la vida, que también el tiempo se encarga de ir limando poco a poco, año a año.