Uno de mis pasatiempos favoritos es, como tú bien sabes, la fotografía. Es una afición que me produce un doble goce. Por un lado paso el rato husmeando aquí y allí en busca de una imagen que, luego, me invite a fantasear.
Ahora que estoy jubilado tengo mucho tiempo y como no me gusta el fútbol ni el chiquiteo, ni, tan siquiera, me atraen los chismes, una forma de matar mi tiempo de ocio es compaginar mis paseos acompañado de mi cámara de retratar.
Cuando de vuelta llego a casa, descargo las imágenes y mirándolas con detenimiento comienzo a imaginar…
Te pondré un ejemplo. En esta imagen hay doce personas, yo al principio solo contaba once. Siete mujeres y cinco hombres. No pueden ser parejas, al menos de las tradicionales, aunque bien pudiera ser que dos de las damas estuvieran emparejadas. ¿Pero cuales? Hay tienes ya la primera incógnita para poder fantasear. Te has fijado que los caballeros, salvo uno, se han despojado de sus cazadoras y las han colocado en un banco. Sin embargo, las mujeres, mayoritariamente las llevan con ellas. ¿Por qué?
No mires más la foto. ¿Sabes cuántos calvos hay? ¿Te ha llamado la atención que sólo una persona lleva gafas? ¿Por qué crees que casi todos miran a la misma persona? ¿Por qué una de las damas parece preocupada y el resto relajados? ¿Qué están haciendo realmente?
Como ves este pasatiempo de la fotografía es muy fructífero. Ayuda mucho a conocer mejor a las personas.