Años atrás la Asociación de Vecinos de mi barrio orquestó una buena campaña reclamando al Ayuntamiento que colocara “algún” banco en el parque. Fue tanto el ruido que, el alcalde, debió terminar hasta los bemoles de los bancos de parque, de la Asociación, de la oposición y de las manifestaciones que, un buen día sin previo aviso, decidió, con el voto en contra de toda la corporación, que colocaría un solo banco, aunque, sospechaba, eso manifestó, que nunca sería utilizado en su totalidad. Y así lo hizo.

Hasta hoy el banco que instaló el alcalde nunca está todo ocupado y él, con cierta ironía, les comenta a sus opositores: “No queríais banco. Ahora que lo tenéis no se nota que se utilice.”