Dentro de una semana, el lunes celebraremos el equinoccio, la llegada de la estación de los enamorados, la que tiñe de vivos colores los bosques, la que inspira a poetas; la estación de la melancolía, de la meditación y el silencio; los días se acortan y las sombras de la noche se imponen a la luz de del día. El otoño es el anuncio de la finitud, del pretérito, de la vejez… y si no me crees, fíjate en esta imagen, hace unas semanas las playas estaban atiborradas, saturadas, ebrias de rebaños humanos y hoy se muestran casi vacías, sólo los nostálgicos se acercan a ellas. Adiós verano.