San Francisco Javier (1506-1552), fue uno de los fundadores de la Compañía de Jesús y figura clave de la Contrarreforma. Dedicó su vida a la evangelización en Asia, dejando un legado profundo en países como India, Japón y China.

Nacido en el castillo de Javier (Navarra, España), Francisco estudió en París, donde conoció a Ignacio de Loyola. Bajo su influencia, abandonó ambiciones mundanas para unirse a la fundación de los jesuitas en 1534. Tras ser ordenado sacerdote en 1537, partió hacia Lisboa en 1540 como respuesta a una solicitud del rey Juan III de Portugal para evangelizar las colonias portuguesas en Asia.

1. Misión en la India (1542-1549)

Goa: Llegó en 1542 y se enfrentó a la corrupción de colonos portugueses, quienes practicaban la esclavitud y abandonaban la fe. Javier reformó la comunidad cristiana mediante catequesis, atención a enfermos y la creación de escuelas. Usaba canciones populares para enseñar doctrina. Bautizó a miles en la costa de la Pesquería y Travancore, donde se registraron hasta 10,000 conversiones en un mes.

2. Expansión hacia Japón (1549-1551)

Desembarcó en 1549 en Kagoshima, con el converso japonés Anjiro (Paulo de Santa Fe). Aprendió japonés y adaptó el mensaje cristiano a conceptos budistas, logrando 100 conversiones iniciales. En Yamaguchi, adoptó vestimenta y protocolos nobles para ganar respeto, obteniendo permiso para predicar. Fundó comunidades y tradujo textos religiosos. Enfrentó oposición de monjes budistas y la complejidad política del Japón feudal, donde el emperador tenía poco poder real.

3. Intento fallido en China y muerte (1552)

Convencido de que la evangelización de China impactaría toda Asia, partió hacia la isla de Shangchuan en 1552. Sin embargo, murió de neumonía el 3 de diciembre, a los 46 años, mientras esperaba un barco para entrar al continente.