Hace algo menos de un millón de años que apareció por estos lares una nueva especie a la que pusieron el nombre de HOMO SAPIENS SAPIENS, dos veces sabios. Según mi modesta opinión hubiera sido más sensato haberlos bautizado como HOMO STULTUS, dicho en castizo ESTUPIDO HOMBRE. Opino de este modo por mi propia experiencia, toda mi vida la he pasado entre ellos. La sabiduría escasea y nuestros defectos son abundantes, cuantioso y muy profusos.

No los voy a enumerar porque ocuparía mucho espacio y los de “Facebú”, quizá, me llamarían la atención por chupar tantos megas. Pero hoy tengo ganas de meterme con la Humanidad y denunciar alguno de sus innumerables defectos. Hoy simplemente y para no ofender al respetable voy a indicar que nuestra falta de criterio nos lleva siempre a “generalizar”. Si conocemos a un político que es un gandul, normalmente afirmamos que los políticos son unos gandules. Si percibimos que un canal televisivo manipula y nos engaña, dogmatizamos que los medios de comunicación son unos manipuladores. Si observamos al dueño de un perro que no recoge las heces de su mascota, declaramos a vos en grito que los dueños de los perros son unos guarros.

Pero analicemos más detenidamente esas afirmaciones. En nuestra aldea hay censados en torno a unos 15.000 perros. Normalmente cada perro defeca dos veces al día, lo que hace un montante de unas 30.000 cagadas diarias. A la semana más de 200.000 y al mes en torno al MILLON DE CAGADAS- Si fuera verdad que los dueños de los perros son unos guarros, nadaríamos literalmente en mierda por todas nuestras calles. Y NO es así. Lo que indica todo lo contrario a lo que afirmamos. Quisiera desde este púlpito felicitar a los dueños de mascotas por su comportamiento cívico… Aunque como las meigas, también guarros haberlos haylos.