Hoy hemos gozado de un día primaveral, las lluvias, por fin, se han alejado rumbo hacia el norte y me he decidido a dar un paseo en bicicleta, tengo que adelgazar para exhibir mi cuerpo serrano en la playa este verano.
No he sido el único que ha optado por hacer ejercicio pedaleando, en mi ruta me he cruzado con decenas de ciclistas, casi todos menos fatigados que yo, pasado el primer kilómetro ya… me faltaba el resuello, me dicen que es porque fumo y quizás tengan razón, pero yo me engaño y me digo que es por mi falta de entrenamiento, si el tiempo sigue soleado, me he prometido salir cada tarde y en una semana seguro que soy capaz de ir pedaleando desde mi casa hasta Trintxerpe, son cuatro largos kilómetros, pero el titánico esfuerzo merecerá la pena, así podré ver con mis propios ojos como los vecinos del barrio, en un acto de rebeldía, están echando un pulso a los politiquillos locales y arrojan sus basuras a la calle, sin aceptar la imposición de una normal dictada sin avenirse a una consulta popular.
Hoy ya he logrado pedalear sin descanso desde Amara al malecón, un kilómetro largo, allí he hecho mi primer descanso y me he fumado un pitillo. Luego caminando, he vuelto a casa. Un ducha con agua calentita, un bocadillo de chorizo y queso, una botellita de sidra y como nuevo.
Estoy hecho un chaval.