Hace unos días paseaba relajado cuando el ruido estridente de una voz proyectada en la distancia por un altavoz atrapó mi curiosidad. Un político y un técnico presentaban a la “ciudadanía” uno de los actos programados para la Semana Grande donostiarra. Los dos políticos sentados y tras ellos, ocho o diez jóvenes Djs que iban a participar en el evento que con toda pompa se presentaba. La curiosidad y el interés de la ciudadanía está muy clara: seis personas (periodistas y amigos) atentas a la presentación. Patético.