Dicen, los que saben de estas cosas, que en España (y en esto son iguales murcianos y catalanes; vascos y andaluces; gallegos y aragoneses) hay una devoción desmesurada a informarse del tiempo meteorológico.
Y debe ser cierto, porque mientras en otros países los noticieros casi no le prestan atención, salvo los días de inundaciones, temporales, sequías o frio glaciares, en España, esos mismos noticieros le dedican más espacio al tiempo que a la economía, incluso, en ocasiones, más que al deporte y, algo que no se hace con ninguna otra noticia, invitan a los espectadores a que participen en esos programas enviando fotografías del tiempo en sus lugares de residencia.
Estos días en que todos, o casi todos, estamos enclaustrados en nuestros hogares, los noticieros siguen informándonos con todo lujo de detalle del tiempo y yo me pregunto, a quién coño le puede interesar el tiempo que hace en otras latitudes si no tenemos posibilidad de movernos de nuestras aldeas.
Aunque en honor a la verdad, quizá porque el Corte Inglés está cerrado, yo les agradezco que anteayer nos informaran de que ya estamos en primavera.