Hoy cuando ya llevaba más de diez minutos de paseo, me he vuelto a casa. ¡Había olvidado el móvil! De vuelta en la calle, mientras paseaba en soledad he pensado en las adicciones. ¿Seré yo un adicto al móvil?
He pasado decenas de años sin el dichoso móvil; en poco tiempo me he acostumbrado a llevarlo encima hasta cuando voy al retrete. Y no es que espere ninguna llamada urgente, ni tan siquiera me interesan la mayoría de los mensajes que me envían, en general son simples chorradas, el mayor uso que hago del teléfono es para mirar la hora, yo nunca he usado reloj, me parecía una tontería llevar algo molesto sujeto a la muñeca habiendo, como hay, relojes por todas las esquinas.
Me preocupa que pueda haberme convertido en un adicto al móvil, que ahora en la madurez caiga en la trampa, cuando he logrado a lo largo de mi vida no caer en la bebida, ni en las drogas en las que cayeron tantos amigos; ni tan siquiera caí en el futbol, ni en el juego… pero me siento me siento derrotado y, créeme, no puedo hoy conciliar el sueño pensando si seré un adicto al puto móvil.