A veces, cuando veo graznar a alguna gaviota me pregunto qué le ocurre, qué es lo desea trasmitir, si estará reclamando comida a su madre o. simplemente, se está quejando de hambre.
Los egocéntricos humanos pensamos que sólo nosotros podemos comunicarnos con total complejidad y exactitud, afirmar lo que es negro, o blanco, ubicar en un mapa donde se encuentra un accidente geográfico o una localidad. Sin embargo, pocos son conscientes de que una gaviota, sin cartas náuticas, ni sin los modernos GPS puede volar durante hora recorriendo decenas de millas en medio del mar y volver con total exactitud al acantilado donde le espera graznando su hambrienta cría.