Antes de que vuelvan de nuevo las lluvias, hoy tocaba padecer el calor bochornoso, como si estuviéramos en Andalucía los termómetros han marcado más de 30 grados.

Un día de crudo verano con infinidad de alicientes culturales, gastronómicos, populares por las calles de la aldea. Y mientras unos (pocos) comían “polbo a feira” en el día de la Casas Regionales, otros (pocos) disfrutaban de la música, los juegos malabares, las exposiciones y hasta he visto gente embarcada a la que le mostraban la (poca) diversidad de nuestra flora y fauna marina. Una minoría (muy pocos) poníamos en juego nuestro ojo fotográfico y participábamos en competición en el rally que ha organizado la Sociedad Fotográfica de Gipuzkoa.

Mientras otros (muchos, muchísimos) se tostaban en las playas, al llegar la pleamar no había espacio suficiente para tumbarse sobre la arena y, algunos, se han tenido que acomodar allá donde quedaba un hueco, como este pajarillo que ha elegido como lugar para tomar el sol, la barandilla del malecón.