Según voy cumpliendo años mis facultades van mermando y, por el contrario, mis dolencias se van acrecentando. Pero últimamente vengo observando que desde la llegada del otoño se están acelerando la perdida de algunas de mis capacidades, más concretamente la vista y la memoria. Cada mañana cuando salgo de casa para dar mi paseo matutino, a mi edad ya paseo sólo en coche, miro a lo largo de la calle y no distingo cuál es mi vehículo, todos me parecen iguales, está amaneciendo, los colores se atenúan y lo único que distingo es una abundante capa de hojas secas, la misma capa que es igual en todos los coches que están aparcados en la calle.