Últimamente parece que a nuestros manipuladores políticos y periodistas les da reparo hablar de la inmunidad de rebaño, ahora nos hablan de inmunidad de grupo. Imagino que lo que de verdad les molesta es que los ciudadanos de a pie confundamos rebaño con lo que de verdad ellos piensan de nosotros y nos demos cuenta de que para ellos somos unos borregos. Y es que efectivamente, aunque nos duela, eso es lo que realmente somos.
Sólo hace falta echar un vistazo al panorama político y observar a los Rufianes que elegimos como nuestros representantes. Pero mejor no hablemos de política, que cualquier día de estos entra un político por aquí y se molesta al leer que hablamos bien de él. Seamos autocríticos y fijémonos, por ejemplo, de los aficionados a la fotografía (que no fotógrafos), de esos que organizamos viajes, salidas, excursiones o como dicen los pijos ahora: kedadas: desfilamos todos juntos detrás de macho alfa armados con nuestras cámaras y como un pelotón de fusilamiento apuntamos y disparamos todos a la vez al mismo sujeto.
Hay muchos más ejemplos y, quizá, mucho más paradigmáticos, pero sirva este de los aficionados a la fotografía como botón de muestra de nuestra borreguez. Aunque en honor a la verdad aún nos queda esperanza, aún hay gentes rebeldes que, como hoy mismo he visto en nuestra aldea, que a pesar de los normas y consejos que han dictado nuestros políticos, les han llevado la contraria y han salido con mascarilla a la calle.