Me llama la atención el poco interés que despierta entre algunos fotógrafos el titular sus imágenes.

El título en todos los trabajos creativas es el umbral de la obra. Es la palabra o frase atrayente que nos sugiere el contenido del mensaje. Puede ser creativo o práctico, pero siempre es parte indisoluble de la obra que se presenta.

Un título puede darnos la clave para entender una imagen. El título en una fotografía es de vital importancia, se lee incluso antes de mirar o escudriñar la imagen. Y si el título es bueno, puede ayudar al lector de la fotografía para comprenderla y que no se le escape algún detalle vital.

El título es, además, creatividad. Si meditamos sobre nuestras propias experiencias, comprobaremos que, en ocasiones, el título es más importante que el propio autor. “El lazarillo de Tormes”, “Los Nibelungos”, “Las mil y una noches”, “Poema de Mio Cid” son un simple ejemplo de obras literarias de las que conocemos sus títulos y desconocemos a sus autores.