Caen las primeras nieves- Como una elegía blanca
que cubre el jardín de la infancia, la huella del primer amor,
y el sendero que ya recorrimos.
Es la memoria fría de lo que fue y no volverá,
un manto de silencio sobre los días vividos.
Su belleza es el adiós: se borran los contornos,
y recuerda que todo se serena, se apaga,
se transforma en pura y lívida quietud.
En su llegada hay una ternura sepulcral,
un cerrar de capítulos bajo el cielo indiferente.
Es la nieve, en fin, la misma siempre,
cayendo sobre lo que somos y lo que fuimos.