Tras un mes, que lo vivo como si fueran siete años, sin poder salir de casa, sólo para comprar alimentos y, para mí también alimento, el tabaco, sueño a menudo con viajar.

Hoy mi pesadilla la he vivido en un tren, un tren cargado de coches que nunca llegaba a la estación en la que yo me tenía que apear, lo peor de mi pesadilla no es que no arribara nuca a la estación, es que ya después de tanto tiempo embarcado en este tren sin fin ya no recordaba cuál era mi choche y me angustiaba pensando en cómo podría reconocerlo.