Hace meses que no paseo acompañado de mi máquina de retratar, la verdad es que hace meses que no paseo, ni con la máquina ni sin ella. Estos últimos meses han sido los más duros que he vivido, como en el juego de La Oca, de operación en operación y tiro porque me toca. Pero en esa vida finita todo tiene un principio y un fin. Y creo que ya estoy cerca de la meta, del fin de esta pesadilla y que, pronto, volveré a pasear acompañado de mi máquina de retratar.