Siempre había pensado que las puertas eran elementos arquitectónicos construidos para que las personas pudieran entrar y salir de los edificios o para todo lo contrario: impedir que nadie se cuele en lugar ajeno.

Sin embargo, y no es la primera vez, observo que hay puertas sin utilidad alguna; puertas tapiadas, puertas que, imagino, sólo tienen una utilidad decorativa.

Lo mismo ocurre con algunas ventanas; no sirven para que la luz se cuele en los edificios ni, tan siquiera, para poder, desde ellas, curiosear lo que ocurre en la calle. Son ventanas sin utilidad alguna, ventanas tapiadas, ventanas, que imagino, sólo tiene una utilidad decorativa.