Varela607

Cada domingo, al caer la tarde Corme se trasforma en un lugar semidesierto, deshabitado, vacío, hueco. Hoy lunes llueve, amanece solitario, los pocos parroquianos que se han atrevido a salir de sus casas caminan con paso pausado, arrugados bajo sus paraguas, se dirigen a la farmacia, la panadería o al supermercado, Chuco se refugia en el bar, ojea la prensa —el Madrid aún tiene esperanzas— y paladea lento un café bien cargado.

Me asomo a la ventana y miro al muelle, no hay nadie, ni personas, ni barcos, ni gamelas; sólo boyas huérfanas, alguna gaviota y soledad.

Mucha soledad, mucha lluvia, mucho frío y … el vacío de tu ausencia.